PASO 1
¿Tu condición actual te dificulta seguir trabajando?
Nos ocupamos de todo el papeleo para que te centres en lo más importante: tu salud.
+2000 casos de éxito
«Encantado con vuestro trato, trabajo y siempre siempre disponibles»
Carlos Álvarez Velázquez
¿Por qué obtener una pensión por incapacidad permanente?
Seguridad financiera
Proporciona un ingreso estable y a largo plazo que asegura tranquilidad económica para el beneficiario y su familia.
Reducción del estrés
Permite al beneficiario centrarse en su salud sin la preocupación constante por los ingresos.
Acceso a beneficios adicionales:
Ofrece descuentos y ayudas en servicios esenciales como transporte y medicamentos.
Protección familiar:
Garantiza un respaldo económico para la familia del beneficiario en estos momentos difíciles.
Si tu enfermedad te impide trabajar, puedes tener derecho a una pensión.
¿Quién puede solicitar una pensión por incapacidad?
PASO 1
PASO 2
Te llamaremos y fijaremos una reunión presencial, para conocer tu caso y asesorarte.
PASO 3
Comenzaremos a trabajar juntos para conseguir con éxito tu pensión.
Nuestros clientes opinan
Las claves del Éxito
Nuestros resultados son fruto del trabajo, y de aplicar rigurosamente nuestro método único.
Examinamos cada caso detalladamente, para afrontar tu caso de la manera más personalizada posible.
A través de nuestro servicio de Área Privada tendremos un contacto directo, diario y cercano.
Preparamos y desarrollamos la estrategia para poder aumentar al máximo las posibilidades de éxito.
Por nuestro grado de especialización, tenemos un amplio conocimiento en los procesos de Incapacidad Permanente.
Hemos salido en...
Nuestro Equipo de Especialistas
Preguntas frecuentes
Sabemos lo que significa para un trabajador sufrir una enfermedad que le incapacita o que merma su capacidad de trabajar con normalidad. Y la carrera hacia la jubilación cada vez se hace más cuesta arriba.
El trabajo es una parte de nuestra vida e influye en nuestro estado de ánimo, no sólo por el impacto económico que supone. Por eso, en muchas ocasiones el profesional se resiste a dejar de trabajar, a pesar de los dolores o la incapacidad física y/o psíquica manifiestas, lo que provoca un grave deterioro en su salud y en su entorno familiar y social.
La salud es lo primero y hay salida para tu situación. Es posible que tengas derecho a una pensión de incapacidad permanente y desde Velázquez y Villa te acompañaremos para que consigas tu objetivo. Más de 30 años de experiencia y especialización en incapacidad laboral permanente nos avalan, así como nuestro altísimo porcentaje de consecución de éxito para nuestros clientes.
Incapacidad Permanente es aquella situación en la que se encuentra un trabajador o trabajadora tras una enfermedad o accidente, y que finalizado el tratamiento médico y/o rehabilitador correspondiente, presenta una serie de reducciones anatómicas y funcionales que disminuyen, limitan o anulan su capacidad laboral, impidiéndole continuar prestando los servicios básicos de su puesto de trabajo (incapacidad total) o todo tipo de trabajo (absoluta). La declaración legal de una incapacidad permanente permite acceder a una pensión con carácter vitalicio y periodicidad mensual por parte de la Seguridad Social.
La incapacidad permanente puede clasificarse en cuatro grados, cada uno de los cuáles dará derecho a la percepción de unas prestaciones u otras.
De menor a mayor gravedad:
INCAPACIDAD PERMANENTE PARCIAL (IPP) EN DESEMPEÑO DEL TRABAJO. Se trata de aquella incapacidad que, aunque no sea total, ocasiona al trabajador una disminución no inferior al 33 % en el desempeño de su trabajo. Es muy habitual recibirla tras un accidente laboral en el que se puede seguir realizando el trabajo, pero con una disminución del rendimiento.
INCAPACIDAD PERMANENTE TOTAL (IPT) PARA PROFESIÓN HABITUAL. Es aquella que inhabilita al trabajador para ejercer sus tareas profesionales pero que no le impide dedicarse a otras disciplinas.
INCAPACIDAD PERMANENTE ABSOLUTA (IPA) PARA TODA PROFESIÓN. Impide al trabajador realizar cualquier tipo de profesión.
GRAN INVALIDEZ (GI). Es el grado de incapacidad permanente más severo. Se aplica a aquellas personas que sufren pérdidas anatómicas o funcionales por las que requiere la asistencia de otra persona para su vida diaria. Por ejemplo, para actividades de su vida diaria como asearse, salir de casa e incluso comer necesita ayuda de una tercera persona.
ENFERMEDAD COMÚN: Se considera enfermedad común a aquellas enfermedades que se padecen sin ser consecuencia de un accidente.
ACCIDENTE DE TRABAJO: La incapacidad por accidente de trabajo es aquella que se deriva de un acto fortuito durante la jornada laboral.
ENFERMEDAD PROFESIONAL: La incapacidad por enfermedad profesional tiene por objeto regular aquella situación en la que el trabajador enferma debido a una serie de riesgos inherentes a su puesto de trabajo.
ACCIDENTE NO LABORAL: La incapacidad derivada de accidente no laboral es aquella que es consecuencia de un accidente que ocurre fuera del trabajo.
Somos Abogados especialistas en Incapacidades Laborales.