Solemos estar atentos a las noticias que aparecen relacionadas con las incapacidades. Nunca sabemos qué dolencia puede limitar la capacidad de trabajar de una persona. Por eso, hoy compartimos una que nos ha llamado la atención: Se ha reconocido una incapacidad permanente por «Síndrome de espalda fallida».
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¿Qué es el síndrome de espalda fallida?
Se conoce con este nombre al dolor crónico que padecen algunos enfermos tras ser sometidos a una intervención por dolencias lumbares, cervicales o hernias. Las cifras dicen que afecta a entre el 15 y el 60% de los pacientes que se someten a este tipo de intervención. ¿El origen? Depende. Lo más común es que se deba a la fibrosis generada por la intervención.
Incapacidad permanente por el síndrome de espalda fallida
El paciente, un hombre de 48 años natural de Granada, trabajaba como dependiente en una tienda de automovilismo. Comenzó aquejado de dolor de espalda, hace cinco o seis años. Se sometió a una operación para solucionarlo. Sin embargo, el dolor se intensificó y se cronificó. Alcanzó un punto en el que apenas podía andar. No puede realizar esfuerzos físicos ni coger peso. Ha agotado, además, todas las posibilidades terapéuticas y rehabilitadoras. Su situación le ha llevado a padecer una depresión. Todo esto hace que esté muy limitado para las actividades diarias que requiere el trabajo.
Cuando por fin se decidió a solicitar una incapacidad absoluta, aunque ya hacía dos años que poseía la total, fue denegada por el Juzgado número 5 de Granada. Sin embargo, el TSJA ha revocado la sentencia anterior, dándole la razón. Afirman que «presenta una reducciones anatómicas o funcionales graves (…), previsiblemente definitivas, que le inhabilitan por completo para toda profesión u oficio»