Las cifras son aplastantes. Según esta noticia, el 28% de los divorcios de todo el año se solicitan en septiembre. Es algo de lo que todos hemos oído hablar: Es más probable que exista un divorcio tras las vacaciones de verano. Pero, ¿cómo podemos evitarlo?
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El divorcio tras las vacaciones
Comenzamos por analizar las causas. El por qué parece más frecuente el divorcio después del verano, tras unas vacaciones en pareja. Una psicóloga de la unidad de salud mental del hospital de Torrevieja explica las causas. Durante el verano, la pareja mantiene su propia rutina. Normalmente, por separado: Cada uno se va a trabajar, tiene sus propios horarios, aficiones y actividades independientemente del cónyuge. Esto hace que pueda descuidarse al otro. Durante el verano, ambos miembros de la pareja se ven «obligados» a pasar más tiempo juntos. Así, comienzan a surgir las discusiones, los roces y el rencor. Si, además, hay hijos, la tensión aumenta, puesto que se ven sometidos al papel de cónyuge y de padre/madre, a la vez. Y, al final, todo se traduce en una sensación de desilusión.
¿Cómo conseguimos que nuestro matrimonio sobreviva al verano?
Partimos de la base de que, durante el resto del año, debemos cuidar nuestra relación. Pero, para evitarnos esos pequeños problemas que pueden estropearnos las vacaciones y nuestro matrimonio, podemos ceñirnos a unas sencillas pautas:
- Haced planes juntos. Nos ayudará a recuperar la ilusión de viajar en pareja.
- Reparte las tareas. Así evitarás conflictos y los «te tocaba a ti hacer esto…»
- Dedicaos tiempo como pareja. Aunque tengáis hijos, intentad sacar un ratito para hacer esa actividad que tanto os gusta, y recordaos a vosotros mismos por qué os queréis tanto.
- Diálogo. No esperéis a estar hartos, ni os echéis cosas en cara. Dialogad e intentad llegar a puntos de unión.
- Intentad llegar a algunos acuerdos. Todos podemos ser generosos. «Hoy vamos a la playa, y mañana haremos una ruta de senderismo por la montaña».