La Esclerosis lateral Amiotrófica (ELA) es una enfermedad neurológica de tipo autoinmunitario que afecta al sistema nervioso central, es decir, al cerebro y a la médula espinal.
El sistema inmunitario, por error, ataca la vaina protectora de los nervios (mielina), concretamente los axones de las neuronas, que son los encargados de transmitir la información desde y hacia el cerebro, lo que dificulta la comunicación y la correcta transmisión de los impulsos nerviosos, que es la función principal de la mielina. Las zonas en las que se ha producido una desmielinización se endurecen formando cicatrices, pudiendo causar a largo plazo un daño permanente a los nervios.
En la ELA, las células nerviosas (neuronas) motoras se desgastan o mueren y ya no pueden enviar mensajes a los músculos. Con el tiempo, esto lleva a debilitamiento muscular, espasmos e incapacidad para mover los brazos, las piernas y el cuerpo. La afección empeora lentamente. Cuando los músculos en la zona torácica dejan de trabajar, se vuelve difícil o imposible respirar (disnea), también dificultad para tragar (disfagia), pronunciar algunas palabras (disartria).
Nuestra cliente siempre había trabajado desde el fin de la escolaridad. Tras más de veinte años cotizando se encontraba limitada físicamente. En fecha de 31 de Diciembre de 2017 tuvo que dejar de trabajar, aunque le encantaba la actividad y las interacciones con los compañeros y clientes. Padecía problemas de coordinación motora, debilidad y fatiga. Comenzó su peregrinaje por distintos servicios médicos, pues su atención estaba centrada en conseguir un diagnóstico, pasando durante varios años por distintos centros hospitalarios públicos hasta ser finalmente diagnosticada de ELA.
Tras el impacto inicial, intentó encontrar la convivencia con la enfermedad y sus limitaciones, siendo consciente de la imposibilidad de continuar trabajando. Acudió a las administraciones públicas interesando su derecho a una pensión, siendo denegadas tanto las prestaciones contributivas como las no contributivas. Desesperada ante la inviabilidad de su pretensión, pues los inconvenientes derivados de los períodos de cotización (y su ausencia), así como la denegación derivada de la aplicación de la normativa fueron expuestos y ratificados en su presencia por los funcionarios del INSS y de la Consejería de Servicios Sociales.
Acudió a nuestro asesoramiento a fines de Noviembre de 2023. Se valoraron las alternativas, se preparó y orientó de inmediato, formulando la pretensión con acreditación argumentativa sobre la base del expertise del despacho, siendo declarada en situación de Gran Invalidez a mediados de Enero de 2024, percibiendo la prestación que permite conciliar sus limitaciones con sus necesidades de asistencia, y recuperando una estabilidad económica familiar.