Nuestro cliente, jefe de obra civil – coordinador, solicitó nuestros servicios para poder cobrar una pensión por dolores musculares, insomnio, sudores nocturnos, trastorno depresivo y de humor crónico.
El cliente padece:
- Por un lado, dentro del ámbito físico, dolor muscular continuo, duerme mal, sueño no reparador, sudores nocturnos, embotamiento mental, pérdida de memoria, ánimo bajo, apatía, ansiedad. Imposibilidad de conducir vehículos y manejar maquinaria de trabajo (maquinaria peligrosa).
- Por otro lado, en el aspecto psíquico: Trastorno depresivo mayor recurrente (resistente a los tratamientos farmacológicos). Trastorno del humor crónico, con episodios depresivos repetidos; pensamientos obsesivos y repetitivos de tipo negativo, deseo de muerte ansiedad, apatía, abulia, anhedonia, sentimientos de desesperanza e irritabilidad, dolor crónico.
La preparación y orientación desde nuestros servicios jurídicos permitió el reconocimiento y declaración de la pensión por incapacidad permanente en su grado de absoluta con carácter vitalicio por enfermedad común en la vía judicial, por medio de la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Asturias que ratificó lo afirmado por el Juzgado de lo Social Nº 5 de Oviedo.
En la actualidad nuestro cliente es beneficiario de la Incapacidad Permanente Absoluta y recibe una pensión de carácter vitalicio por ello.
Este es el Testimonio de J.I, acompañado de María Teresa (Socia-directora de nuestro despacho)
Ahora puedo adaptar mi vida a cómo me siento yo y no adaptarme yo a una vida normal que, con los problemas que tengo, no puedo afrontar
¿Cómo fue tu caso?
J.I: Al principio era un trabajo más convencional, pero poco a poco fui adquiriendo más y más responsabilidad, y llegó un momento en que estaba permanentemente conectado al teléfono, el correo electrónico, gestionando tareas con clientes y proveedores, con tomas de decisiones muy complejas. El estrés que llegué a manejar era tremendo, con noches sin dormir, levantándome de madrugada para adelantar trabajo. Sobre todo los viajes, cambios de horario… Muy duro.
María Teresa: Durante ese año empezó a padecer síntomas graves de estrés y de ansiedad, con una serie de síntomas que superaban claramente los niveles que una persona normal puede tolerar.
No se trataba de un estrés controlable, sino que desencadenó problemas graves como una apnea de sueño que le impedía dormir, hasta tal punto que impide una vigilia correcta con pérdidas de atención tan serias que no se puede ni conducir un vehículo.
J.I: Al principio el médico me dio una baja, pero al ver que el problema no se solucionaba acabé perdiendo mi trabajo, y con los problemas que tenía no estaba capacitado para encontrar otro trabajo, era totalmente imposible.
Y en un caso de estas características, María Teresa, ¿qué recomendación le hicisteis a J.I?
MT: Al principio, viendo las graves secuelas psíquicas y los problemas de salud de J.I, lo que hicimos fue solicitar una minusvalía, pero cuando los problemas se agudizaron y en base a los diferentes estudios médicos que se realizaron en aquel momento, decidimos que se trataba de un caso en el que lo correcto era solicitar la pensión por incapacidad. Estaba claro no solo que no podía ejercer su profesión, sino que difícilmente podría ejercer cualquier otra con la sintomatología que presentaba. Hay que tener en cuenta, además, la repercusión que tenía en su vida diaria.
Al final el caso acabó bien, porque en el año 2016 se le concedió la pensión de incapacidad. ¿En qué ha cambiado tu vida gracias a esta pensión?
J.I: He pasado por varias fases. Primero, no llegaba a asimilar que estuviera jubilado, y menos aún a mi edad. No puedo hacer una vida normal debido a mis problemas de salud, pero sí puedo adaptar mi vida a cómo me siento yo y no adaptarme yo a una vida normal que, con los problemas que tengo, no puedo afrontar. A fuerza de intentarlo durante tantos años, lo único que conseguí fue agravar mi situación.
Además no solo pudisteis lograr la pensión por incapacidad, sino que además se logró también la minusvalía, se trata de un caso verdaderamente exitoso, ¿verdad?
J.I: La minusvalía tiene una serie de ventajas económicas, exenciones… Por ejemplo, relacionadas con impuesto de sucesiones o impuestos sobre vehículos de tracción mecánica, y es algo que se añade a la propia incapacidad.
¿Qué le recomendarías a las personas que están en una situación como la tuya?
J.I: Que se apoyen en grandes profesionales. Que arriesguen y que lo intenten, pero que lo hagan con garantías, con profesionales como Maria Teresa, Don Manuel y el equipo de Velázquez y Villa.
María Teresa, ¿tenéis muchos casos de éxito?
MT: ¡por supuesto! En nuestra web se puede consultar una buena muestra de ello, y siempre es un placer contarlos, sobre todo porque hay muchas personas con problemas igual de graves que el de J.I que no saben que tienen derecho a una pensión por incapacidad, o que pagan muchos más impuestos de los que deberían por no haber recibido el asesoramiento y el seguimiento profesional adecuado.
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