La familia no se elige. Los herederos, sí.

Paco se ha dedicado toda la vida a trabajar en su taller que hoy es una pequeña red de establecimientos que funcionan muy bien. Es viudo y no tiene hijos ni familia cercana, aunque sí tiene sobrinos. El hijo de su socio, que trabaja desde hace años en la empresa, se ha convertido para él en un hijo. ¿En quién recaerá su herencia?

Paco va cumpliendo años y le preocupa que aquello por lo que ha trabajado duro durante tantos años se acabe con el. ¿Quién le heredará: los hijos de su hermano, que ni siquiera viven en la misma ciudad donde está el negocio y con los que apenas mantiene relación, ni saben nada del negocio?

La planificación nos ayudará a encontrar la vía para que Paco respire tranquilo y su empresa continúe, con los máximos beneficios fiscales, y quede en manos de quien conoce y participa del negocio.

 

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