A finales del año pasado acudió a nuestro despacho un cliente con una historia que nos dio que pensar… léanla y dígannos qué les sugiere. Es un caso real.
“En este mundo no hay nada tan cierto como la muerte y los impuestos.”
Benjamin Franklin (1706-1790). Estadista y científico estadounidense
«No parecía la mejor frase con la que mi abuelo pudiera iniciar la cena de familia, día que coincidía con el de su cumpleaños. Sin embargo, era con la que se dirigía año tras año al resto de los familiares que nos encontrábamos allí reunidos por ese doble motivo. Llevaba años diciéndola, yo la recuerdo desde que cumplió los 80 y se había convertido en un ritual motivo de risas.
En su 90 cumpleaños todos esperábamos con expectación que la pronunciase: mi abuela, mis padres, mis tíos, mis tres primos y sus esposas… formaba parte de la reunión familiar. Sin embargo, no lo hizo. Nos envolvió la melancolía, pues nos dábamos cuenta de que el abuelo ya no quería afrontar esa certeza de la muerte con tanta naturalidad y desparpajo. No obstante, en el brindis final, pronunció la frase. “En este mundo no hay nada tan cierto como la muerte y los impuestos”. Y añadió: «sobre lo primero no puedo hacer nada, pero me niego a aceptar que no pueda hacer nada por evitar lo segundo». No sé si lo leería en algún sitio o era cosecha propia. Realmente no era una frase hecha, yo lo asumí como un encargo, después de que todos nos reímos al unísono, con cierto alivio.
Con gran naturalidad se afrontó el tema de la herencia familiar y se decidió acudir a un experto para que realizase una planificación.
Siendo cliente de Velazquez y Villa, quien me había llevado un pleito laboral con éxito, busqué su consejo. Verdaderamente había mucho que hacer, mucho que poner en orden, patrimonio incluso desconocido y un testamento carente de sentido que no satisfacía las intenciones de mi abuelo. Y sobre todo, se adoptaron las soluciones legales para llevarlas a término buscando minimizar el impacto fiscal.
Me reproché un poco que mi abuelo siempre había exteriorizado esa inquietud y lo habíamos tomado como una frase hecha. Nos daba miedo planificar. Incluso cuando pensábamos que no iba a pronunciar la frase, lo que sentimos fue pena, por creer que estaba asumiendo que ese momento llegaría. Claro, nos llegará a todos. Él ya lo había asumido, lo que quería era vivir tranquilo y preservar su patrimonio«.
La historia me hace pensar lo que leí en alguna ocasión: la muerte forma parte de la vida, pero sobre todo, que los asuntos de la vida se deben resolver en el presente para que al llegar la muerte no existan temas pendientes. No hay cosa más sórdida que tener que afrontar esas cuestiones materiales en momentos delicados; normalmente es imposible ocuparse bien de ellas.
PLANIFICA TU HERENCIA, NO PERMITAS QUE LOS TUYOS PAGUEN DE MÁS
Recuerda que podemos ayudarte a transmitir tu historia: en Velázquez y Villa utilizamos los recursos legales para tratar los asuntos familiares mediante un estudio personalizado, porque la voluntad de cada persona es única e individual y sabemos que debes hacer lo correcto para los tuyos.
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