Hoy hemos leído una sentencia en la que se le ha otorgado a una persona una incapacidad por burnout. Queremos profundizar un poco más. El burnout, también llamado síndrome de desgaste profesional o síndrome de desgaste ocupacional, es la respuesta de nuestro organismo ante el estrés prolongado en el trabajo. Lo que comúnmente se conoce como «Estar quemado». Todos hemos sufrido estrés, pero, ¿qué ha pasado en este caso? ¿Por qué se le ha concedido una IPT?
¿Por qué se ha reconocido una incapacidad por burnout?
Esta matrona, de 40 años, había desarrollado un cuadro ansioso-depresivo. Fue provocado por un síndrome de desgaste profesional: Reconoció haber sufrido acoso durante cinco años. El acoso vino por parte de compañeros y superiores. Esto le provocó un desgaste a lo largo del tiempo. A la larga, minó sus defensas, provocándole trastornos de sueño y actitud pesimista. Este estado de ansiedad y depresión generalizada le provocaba problemas para relacionarse, no sólo en su entorno laboral si no en su vida personal.
La sentencia señala que la sintomatología de la sanitaria era clara: «sintomatología de estirpe ansiosa, con tensión, irritabilidad, desespero, inquietud, sintomatología psicosomática». Todos estos síntomas han provocado que no sólo no pueda desempeñar su actividad habitual, si no que, dado sus problemas con las relaciones interpersonales. Por ello, el juez ha decidido concederle una Incapacidad Permanente Total para todo tipo de trabajo.
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