Qué es la Incapacidad Permanente Parcial: causas y beneficios

¿Qué es la Incapacidad Permanente Parcial?

La Incapacidad Permanente Parcial es una situación en la que un trabajador, tras haber sufrido un accidente o enfermedad, presenta una reducción en su capacidad para desempeñar su trabajo habitual, pero sin que dicha limitación le impida completamente llevar a cabo las tareas fundamentales de su empleo.

Es decir, la persona puede seguir trabajando, aunque con menos eficiencia o capacidad, debido a la lesión o enfermedad sufrida.

En términos legales y laborales, la Incapacidad Permanente Parcial se traduce en una pérdida de la capacidad laboral que, aunque no impide al trabajador continuar en su puesto de trabajo, sí supone una merma en su rendimiento. Esta incapacidad se cuantifica generalmente como un porcentaje de la capacidad perdida, y este porcentaje suele oscilar entre el 33% y el 66% de la capacidad laboral.

El reconocimiento de la Incapacidad Permanente Parcial conlleva el derecho a una indemnización económica, que se calcula en función del salario y del grado de incapacidad reconocido.

Sin embargo, esta indemnización no suele ser tan elevada como en el caso de incapacidades más severas, como la Incapacidad Permanente Total o la Absoluta, ya que el trabajador continúa desempeñando su labor.

Beneficios de la incapacidad permanente parcial

 

Incapacidad permanente por cáncer de mama

Causas de la incapacidad permanente parcial

Las causas de la Incapacidad Permanente Parcial pueden ser diversas y algunas de las más comunes son:

1. Accidentes laborales

Los accidentes que ocurren en el entorno de trabajo, como caídas, golpes, cortes o accidentes con maquinaria, son una causa frecuente de incapacidad permanente parcial. Estos incidentes pueden causar lesiones que, aunque no impiden totalmente el desempeño laboral, sí reducen la capacidad para realizar ciertas tareas.

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2. Enfermedades derivadas de la actividad laboral

Las enfermedades profesionales que se desarrollan como consecuencia directa de la actividad laboral, como la silicosis en trabajadores de la minería, la tendinitis en empleados que realizan movimientos repetitivos, o la hipoacusia en trabajadores expuestos a ruidos fuertes, pueden llevar a este tipo de incapacidad.

3. Enfermedades comunes

Algunas enfermedades no directamente relacionadas con el trabajo, como problemas cardiovasculares, enfermedades degenerativas, o trastornos musculoesqueléticos, también pueden resultar en una disminución de la capacidad laboral, calificando para una incapacidad permanente parcial.

4. Accidentes no laborales

Los accidentes sufridos fuera del entorno laboral, como accidentes de tráfico, caídas en el hogar, o lesiones deportivas, pueden causar daños que afecten la capacidad de una persona para realizar su trabajo habitual, llevando a una incapacidad de este tipo.

5. Condiciones crónicas o degenerativas

Enfermedades crónicas o degenerativas, como la artritis, la esclerosis múltiple, o ciertas formas de cáncer, pueden progresar hasta el punto en que limitan la capacidad de una persona para trabajar, sin llegar a incapacitarla completamente.

6. Cirugías o intervenciones médicas

En algunos casos, una intervención quirúrgica necesaria para tratar una enfermedad o lesión puede dejar secuelas que disminuyan la capacidad laboral, aunque no la eliminen por completo.

Estas causas deben ser certificadas por un médico para que el trabajador pueda acceder a las prestaciones por incapacidad permanente parcial.

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Beneficios y compensaciones económicas

La Incapacidad Permanente Parcial se traduce en una indemnización económica única y no en una pensión mensual. Esta indemnización es equivalente a 24 mensualidades de la base reguladora que sirvió para calcular la prestación por incapacidad temporal del trabajador.

Es decir, se trata de un pago único que pretende compensar al trabajador por la pérdida de su capacidad laboral, y no una pensión vitalicia como ocurre en otros grados de incapacidad.

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Como conclusión, podemos decir que, la Incapacidad Permanente Parcial es una prestación crucial que ayuda a los trabajadores a adaptarse a nuevas circunstancias laborales tras una enfermedad o lesión. Aunque no es tan restrictiva como otros tipos de incapacidad, requiere una evaluación cuidadosa y un proceso administrativo detallado para ser concedida.

Es fundamental comprender bien este concepto para saber cómo proceder en caso de verse afectado por una reducción en la capacidad laboral.

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Si te encuentras en una situación en la que crees que podrías calificar para este tipo de incapacidad, es importante contar con asesoramiento legal especializado para asegurar que se respeten tus derechos y obtengas la compensación adecuada.

En Velázquez & Villa, nuestros abogados expertos en incapacidades laborales están a tu disposición para guiarte en este proceso y defender tus intereses.

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